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La preocupación por el impacto medioambiental derivado de la construcción y las emisiones ha experimentado un notable aumento en los últimos años, debido a factores como el calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación de las aguas, entre otros. Esto ha supuesto un auge en el desarrollo de estándares y certificaciones que pongan el foco en la sostenibilidad de los edificios desde diversos puntos de vista. La eficiencia energética, la reducción del uso de materiales contaminantes o el ahorro de recursos esenciales como el agua son varias de las condiciones y puntos de interés que se enmarcan en este tipo de certificaciones. En este contexto, LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) se destaca como el sistema de certificación de edificios sostenibles más ampliamente reconocido a nivel mundial.
Los edificios certificados por LEED se consideran edificios saludables y energéticamente eficientes, por lo que reducen su impacto ambiental y dan lugar a beneficios a nivel social. Como la gran mayoría de certificaciones en este ámbito, ofrece un enfoque holístico que considera la sostenibilidad del edificio como el resultado de muchos elementos clave, entre los que se encuentran los siguientes:
Las versiones actualmente disponibles son la V4.1 y la V5. La versión LEED V4.1 se distingue de la anterior por sus mejoras en los estándares de eficiencia energética, conservación del agua, selección del lugar, selección de materiales, iluminación y reducción de residuos. En cuanto a la v5, se enfoca en en la descarbonización, la calidad de vida, y la conservación ecológica y la restauración.
Los proyectos de certificación LEED se distinguen en función del tipo de edificio y la fase de la edificación, incluyendo nuevas construcciones Core & Shell (Building Design and Construction; BD+C), nuevas construcciones y diseño de interiores (Interior Design and Construction; ID+C) y proyectos en edificios ya construidos (Building Operations and Maintenance; O+M). Esta variedad de posibilidades se refleja en sistemas de certificación específicos para cada tipo de proyecto, tal y como se expone más adelante. En todos los procesos, la certificación se basa en un sistema de puntos. El mínimo de puntos necesarios para la obtención del certificado son 40, aunque se pueden obtener distintos niveles mejorados de la certificación: Silver (>50), Gold (>60) y Platinum (>80).
Los proyectos de nuevas construcciones pueden ganar puntos dentro de la categoría de Calidad de Ambiente Interior (EQ), donde existen varios créditos en los que la monitorización de la calidad del aire puede ayudar a obtener esos puntos.
En primer lugar, el crédito Minimum Indoor Air Quality Performance es un requisito que exige la monitorización del CO2 en espacios ventilados naturalmente, por lo que las soluciones de inBiot pueden servir de gran ayuda en su cumplimiento.
En segundo lugar, LEED propone varias estrategias para obtener puntos en el crédito Enhanced Indoor Air Quality Strategies. El cumplimiento de 3 de ellas aporta 1 punto e inBiot ofrece la capacidad de cumplir con 2 estrategias cuyo foco es la monitorización de la calidad el aire. Estas son la estrategia 9, que consiste en la monitorización del CO2, y la estrategia 10, que amplía la monitorización a fuentes contaminantes adicionales.
En tercer lugar, el crédito Indoor Air Quality Assessment, propone dos opciones para establecer una mejor calidad el aire interior después de la construcción y durante la ocupación para proteger el bienestar de los ocupantes. La primera opción consta de un proceso de filtrado y Flush-Out para limpiar la nueva construcción de contaminantes como los VOCs para la obtención de 1 punto. Durante este proceso, se debe mantener una temperatura interna de entre 15 y 27ºC, y una humedad que no supere el 60%. Para ello, inBiot ofrece una solución de monitorización que puede servir de gran ayuda para garantizar que no se exceden estos límites.
La segunda opción contempla la realización de un test de aire previo a la ocupación. El test de PM y gases inorgánicos aporta 1 punto e incluye PM10, PM2.5, CO y Ozono. Los umbrales exigidos se resumen en la tabla a continuación:
LEED ofrece en su versión más reciente una gran flexibilidad para el cumplimiento de los umbrales establecidos, permitiendo el uso de dispositivos de monitorización, como MICA, adicionalmente a las pruebas de laboratorio.
En primer lugar, el crédito Enhanced Air Quality es un crédito que favorece el diseño enfocado a aumentar la calidad del aire interior. Por ello, la opción 2 Enhanced Indoor Air Quality Design permite optar a 1 punto mediante la medición y cumplimiento de los umbrales de PM2.5, Formaldehído y Ozono. La monitorización de estos parámetros puede ayudar a controlar y verificar que se cumplan los umbrales, para asegurar un diseño mejorado del IAQ.
En segundo lugar, el crédito Air Quality Testing and Monitoring se enfoca en fomentar la mejora de la gestión de la calidad del aire interior mediante distintas vías. Una de las vías que se proponen consiste en el monitoreo continuo de la calidad del aire (Option 2. Continuous Indoor Air Monitoring). Para obtener 1 punto, se deben instalar monitores para distintos parámetros relevantes: CO2, PM2.5, TVOC, Temperatura y Humedad Relativa. Además, estos monitores deben ser Building Grade. Gracias a la certificación RESET Grade B, los dispositivos MICA de inBiot están alineados con los requisitos de LEED.
Los proyectos de operaciones y mantenimiento de edificios ya construidos tienen también la oportunidad de ganar puntos mediante la categoría de Calidad de Ambiente Interior (EQ). En este caso, el crédito Indoor Environmental Quality Performance ofrece la posibilidad de ganar hasta 20 puntos. Se trata de un requisito que contempla, por un lado, una encuesta de satisfacción a los ocupantes del edificio, que supone un 50% del peso de la puntuación final.
Por otro lado, la evaluación de la calidad del aire interior comprende el otro 50%, dividido entre la monitorización del CO2 (25%) y la monitorización de TVOC (25%). Además, pueden incluirse otros contaminantes adicionales como el CO, el Ozono, PM y el formaldehído.
La puntuación resultante puede aportar desde 8 puntos, mínimo exigido, hasta 20, dependiendo del nivel de satisfacción de las personas y la calidad del aire. Esto reafirma la importancia de la monitorización del IAQ por su estrecha relación con la sostenibilidad de los edificios y con los efectos sobre la salud de las personas que los ocupan.
Por su parte, la versión v5 presenta un nuevo enfoque. Basado en un marco reestructurado del sistema LEED, en esta versión más reciente, se pone un mayor énfasis en la monitorización de la calidad del aire interior (IAQ). La categoría de Calidad de Ambiente Interior (EQ) incluye un nuevo crédito Indoor Air Quality Performance, que incorpora un apartado completamente enfocado en la monitorización de la calidad de aire interior (Option 1. Continuous Indoor Air Monitoring) y que puede llegar a aportar hasta 10 puntos para la obtención de la certificación LEED.
Se pueden obtener puntos mediante la instalación de monitores de los parámetros más relevantes. Además, el cumplimiento de los límites de concentración establecidos permite ganar todavía más puntos, hasta un máximo de 10.
En definitiva, la monitorización de la calidad del aire desempeña un importante papel en la obtención de certificaciones LEED, siendo un elemento fundamental en la creación de edificios sostenibles y saludables. Las soluciones innovadoras de inBiot, lideradas por MICA, no solo cumplen con los rigurosos estándares de LEED, sino que también fomentan la eficiencia y la calidad de vida en los edificios, contribuyendo al bienestar de las personas y al cuidado del medio ambiente.
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