Los problemas de calidad del aire interior no se limitan a los hogares. De hecho, muchos edificios de oficinas tienen importantes fuentes de contaminación del aire.
La mayoría de personas trabajadoras pasan al menos un 30% de su día dentro de la oficina, donde pueden exponerse a elementos invisibles en el lugar de trabajo causados por diversas fuentes contaminantes: emisiones de equipos de oficina, productos de limpieza, muebles nuevos, materiales de construcción y, en muchos casos, sistemas de ventilación deficientes.
Si no se aborda, esto puede provocar problemas de salud como dolores de cabeza, fatiga o enfermedades respiratorias. Como consecuencia se produce una disminución de la productividad y un aumento del absentismo laboral. Además, diversos estudios han demostrado que la calidad del aire interior tiene un impacto significativo en el rendimiento cognitivo de las personas.
¿Qué medidas se pueden adoptar para mejorar la calidad del aire interior?
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