El NO2 es un compuesto gaseoso altamente reactivo de color marrón rojizo y olor acre. Es la principal forma química con efectos adversos sobre la salud dentro de los óxidos de nitrógeno. Se produce generalmente debido a la oxidación del N2, principal componente del aire, a altas temperaturas. Su producción se relaciona con los procesos de combustión, el tráfico, el transporte y los procesos industriales de alta temperatura y generación eléctrica. Además de un contaminante común de espacios exteriores, también se presenta en espacios interiores con cocinas de gas, calefacción por combustión y como constituyente del humo del tabaco.
Los efectos adversos que provoca en la salud varían desde inflamación de las vías aéreas hasta efectos más relevantes como infecciones pulmonares e insuficiencia respiratoria. Además, pueden actuar como precursores de ozono y otros contaminantes fotoquímicos como los compuestos orgánicos volátiles (VOCs), provocando a su vez efectos nocivos sobre la salud, así como daños en las vías respiratorias y en otros sistemas como el cardiovascular o el inmunitario, entre otros.
Los límites establecidos en España para exposiciones de corta duración (VLA-EC), referido a promediados de periodos de 15 minutos, son de 1 ppm. Los límites para exposición diaria (VLA-ED) para una jornada estándar de 8 horas son de 0,5 ppm. En cambio, el valor límite horario para la protección de la salud humana es más restrictivo y se fija en 105 ppb, mientras que el valor límite anual está en 21 ppb. La OMS, por otro lado, establece un límite de 5 ppb de exposición media anual, y de 13 para la exposición media diaria. Por otro lado, la EPA fija un nivel anual de 53 ppb para la protección de la salud. Todos son límites de exposición en espacios exteriores, ya que no existen valores de referencia normativos para espacios interiores, más allá de las recomendaciones de la OMS o de estándares privados como la certificación WELL.
Los rangos de valores utilizados en el dispositivo MICA como indicadores del efecto en la salud se basan en los límites en España para la protección de la salud humana.
La medición de la concentración de NO2 se puede realizar tanto en µg/m³, como en ppm o ppb. MICA muestra estos datos en ppb, pero la conversión a otras unidades de medida se puede realizar fácilmente, siempre y cuando se consideren las condiciones del ambiente interior. Considerando una estancia habitual a una temperatura de alrededor de 20 ºC, la conversión a utilizar es la siguiente:
• 1 ppb ~ 1,913 µg/m³ o 1 µg/m³ ~ 0.523 ppb
El NO2 se produce principalmente en el ambiente exterior, debido a los procesos de combustión que se llevan a cabo en relación con los vehículos de transporte y, sobre todo, en automóviles con motores diésel. Más del 75% del NO2 en el aire ambiente suele deberse al tráfico. Además, entre las fuentes externas también se encuentran las instalaciones industriales de alta temperatura y de generación eléctrica, en las que suceden procesos de combustión de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo.
En cuanto a las fuentes internas, las concentraciones de NO2 pueden verse muy incrementadas si se hace uso de estufas y calefacciones de combustibles fósiles, como estufas de gas o calefactores de queroseno. También se obtienen concentraciones mayores en casas con cocinas de gas. El humo del tabaco es otra de las fuentes más importantes de NO2 en espacios interiores.
Tener unos niveles bajos de NO2 es beneficioso para la salud. En primer lugar, las bajas concentraciones son un indicativo de que el ambiente interior es seguro y saludable. La exposición al NO2 puede causar problemas respiratorios, sobre todo en individuos de riesgo como lactantes, niños y ancianos, así como en personas con asma y afecciones respiratorias. Además, el riesgo de propagación de virus también se ve reducido en espacios limpios de esta sustancia. En cuanto a otro tipo de riesgos para la seguridad de los humanos y el medioambiente, el control del NO2 puede prevenir accidentes de tipo incendios o explosiones.
Los riesgos de concentraciones de NO2 fuera de los rangos recomendados son de diversa naturaleza. Se clasifica desde nociva hasta toxica por inhalación en función de la concentración de NO2 en el aire inhalado. También está incluida en la lista negra de ISTAS por considerarse disruptor endocrino. Además, se considera uno de los seis contaminantes listados como más críticos en cuanto a afecciones en la IAQ según NAAQS.
Los efectos nocivos comienzan desde la irritación inmediata de las vías respiratorias. A corto plazo, puede generar inflamación en las vías respiratorias, tos, dificultad para respirar y puede también agravar el asma y otras afecciones respiratorias. Más a largo plazo, si la exposición se prolonga, puede llegar a generar problemas crónicos, desarrollar asma y aumentar la susceptibilidad a infecciones, así como derivar en infecciones pulmonares e insuficiencia respiratoria. También puede provocar afecciones de órganos como el hígado, el bazo, o problemas en otros sistemas como el circulatorio e inmunitario.
Por último, se considera también el riesgo de incendio y explosiones que suponen los niveles elevados de NO2. Además, por su característica de alta reactividad, reacciona con químicos en el aire formando PM, O3 y VOCs, que tienen a su vez otros efectos nocivos sobre la salud y el ambiente.