La calidad del aire y ventilación en la hostelería son conceptos indispensables hoy en día.
El sector de la hostelería es, sin duda, uno de los sectores económicos más golpeados por los efectos de la pandemia. La reducción del aforo primero y el paro de la actividad en algunas comunidades autónomas después ha puesto contra las cuerdas la solvencia económica de muchos de estos negocios.
Ante la apertura parcial y progresiva de la hostelería (según comunidades autónomas) y el incremento de afluencia debido a fechas navideñas, los responsables de los establecimientos vuelven a plantearse los protocolos de seguridad y la calidad del aire en sus locales.
Muchos de estos locales tenían un aforo determinado, establecido generalmente por el Departamento de Bomberos de cada ciudad. Con carácter general, el Código Técnico de la Edificación (CTE) determina en su Documento Básico “Seguridad en caso de incendio”, Sección SI3 - Seguridad contra Incendios la superficie por cada ocupante según la actividad y el uso del local (Apartado EVACUACIÓN DE OCUPANTES). Por ejemplo, en el comedor de un restaurante se establecen 1,5 m2/persona.
Evidentemente, este valor cambia en el momento en que el protocolo de medidas anti-COVID fijara una distancia entre mesas de 2 m y una distancia entre comensales de 1,5 m. En este nuevo contexto, los restaurantes se han visto obligados a rediseñar la distribución de mesas en el comedor con las clásicas marcas en el suelo y una considerable disminución del aforo permitido.
- Ventilación según normativa:
La legislación de referencia es el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios), donde se establecen una serie de requisitos mínimos para la calidad del aire interior en el sector no residencial.
Se establecen cuatro categorías de calidad del aire o IDA (InDoor Air), desde un IDA-1 (calidad óptima) hasta un IDA-4 (calidad baja).
A edificios comerciales, cines, teatros, salones de actos, habitaciones de hoteles y similares, restaurantes, cafeterías, bares, salas de fiestas, gimnasios, locales para el deporte (salvo piscinas) y salas de ordenadores, se les aplica la categoría IDA-3, lo que implica tener un caudal de ventilación mínimo de 8 l/s y persona, o mantener una concentración máxima de CO₂ por debajo de los 800 ppm, sumados a la concentración CO₂ exterior; es decir 1200 ppm.
La renovación de aire por persona siempre ha sido un requerimiento de un adecuado ambiente interior. Hoy se necesita una mayor ventilación, de modo que esta concentración de CO₂ quede por debajo de los 1000 ppm.
La casuística en el mundo de la hostelería es muy variada, debido, por una parte, a la normativa vigente en el año de construcción, la aplicación de ordenanzas municipales específicas e incluso las medidas antitabaco establecidas para terrazas y exteriores.
Por todo ello, si añadimos el cambio de aforo y las nuevas medidas implantadas en este contexto pandémico, la pregunta es: ¿En qué situación está mi local?
- Estimación del caulal de ventilación:
Por este motivo, desde inBiot, hemos creado una sencilla herramienta que permite responder a las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál será la concentración de CO₂ en el local en las nuevas condiciones?
2. ¿Cuál es el caudal del aire de ventilación que debo garantizar?
En primer lugar, se completa la superficie útil, la altura del local y el aforo permitido según los requerimientos actuales.
A continuación, se establece el caudal máximo de ventilación en función de los sistemas instalados en el local. En nuestro anterior post dábamos unas referencias para estimar el caudal de ventilación de un espacio.
Y por último se determina el nivel de concentración de CO₂ que se desea alcanzar en el espacio interior, tal y como veíamos más arriba.
A partir de estos datos obtenemos el caudal de aire de ventilación necesario.
Puedes descargar y utilizar esta herramienta de manera gratuita en el siguiente enlace: Excel ventilación hostelería inBiot
Con esta información es posible valorar el grado de ventilación y la idoneidad para garantizar un espacio saludable. Sin embargo, es importante complementarla con la situación real en cada establecimiento, donde las condiciones de uso y de ventilación son dinámicas a lo largo de toda la jornada.
En algunas comunidades autónomas, como ocurre en Navarra, se ha solicitado a los locales un mapeo de la ventilación. Para ello, es más que interesante tener indicadores claros y medibles de su funcionamiento y su eficacia. Porque los datos convertidos en información son una herramienta clave para analizar el funcionamiento del local y trabajar para garantizar la seguridad de usuarios y trabajadores. La medición del CO₂ es básica, pero es necesaria la interpretación ágil y sencilla de los datos, para actuar en consecuencia.
Ahí es dónde ponemos el foco en inBiot. ¿Podemos ayudarte?