Los edificios y la construcción representan el 40% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en el mundo, según el Informe de estado global de la Global Alliance for Buildings and Construction. Dado que los edificios generan la mayor parte de las emisiones globales, es importante hacerlos lo más sostenibles posible. Como sabemos, se necesita una gran cantidad de energía no solo para construir un edificio, sino también para hacerlo funcionar. Los sistemas de calefacción, ventilación y refrigeración representan aproximadamente la mitad del consumo de energía de los edificios.
Evitar costes innecesarios en el consumo de energía no solo reduce los gastos de la empresa, sino que también reduce su huella de carbono. Por lo tanto, es beneficioso tanto para el negocio como para el medio ambiente.
Además de su impacto en la salud y el bienestar de las personas, la calidad del aire interior también juega un papel importante en la eficiencia energética de las empresas.
La monitorización de la calidad del aire interior permite conocer en tiempo real los niveles de CO2, temperatura, humedad y otros contaminantes en el aire. Al conocer estos niveles, las empresas pueden tomar medidas para garantizar ambientes interiores saludables y, al mismo tiempo, reducir el consumo de energía:
Muchos edificios de oficinas todavía regulan sus sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) en función de horarios preestablecidos y no en función de ocupación y por lo tanto de necesidad real. O incluso de manera manual. Por ello, no es inusual que el sistema HVAC funcione continuamente a su máxima tasa de ventilación, incluso si el espacio está solo parcialmente ocupado. Esto a menudo da como resultado una ventilación excesiva, provocando costes de energía más altos de lo necesario.
La monitorización de la calidad del aire interior puede ayudar a optimizar el funcionamiento de estos sistemas, ajustando la ventilación y la climatización en función de las necesidades reales de cada momento. Esto no solo mejorará las condiciones interiores, sino que también puede reducir el consumo de energía.
Regular los sistemas HVAC en función de la calidad del aire puede conducir a una reducción de hasta un 21% en los costes de energía. En ese sentido, una solución muy eficiente es optar por sistemas de ventilación controlada por demanda (DCV), un método de uso de monitores para evaluar datos de calidad del aire en tiempo real y ajustar la tasa de ventilación de forma continua y automática. Nuestros dispositivos MICA miden de manera continua los principales parámetros que condicionan la calidad del aire interior, pudiéndose integrar fácilmente en los sistemas HVAC para asegurar una ventilación eficiente, así como altos niveles de salubridad y confort de forma automática.
La monitorización regular de la calidad del aire interior permite detectar la necesidad de actualizar o reparar los sistemas HVAC antes de que comiencen a dar fallos importantes, lo que ayuda a las empresas a realizar un mantenimiento preventivo y asegurar un buen funcionamiento.
Por ejemplo, detectar niveles de CO2 elevados de manera continua puede indicar que el sistema de ventilación no está funcionando correctamente. Esto no solo puede ser perjudicial para la salud y el rendimiento de quienes ocupan el edificio, sino que también puede hacer que el sistema HVAC funcione de manera ineficiente y desperdicie energía. La monitorización del aire interior permite la identificación y resolución de estos problemas, con el consiguiente ahorro de costes y de energía.
La optimización de los sistemas HVAC y su mantenimiento preventivo gracias a la monitorización de la calidad del aire ayudará a evitar daños prematuros y provocará un menor desgaste de los sistemas. La vida de los equipos será mayor al trabajar solo cuando es necesario, lo que contribuye a una reducción en el consumo de energía y supondrá también un ahorro económico a largo plazo para la empresa.
En conclusión, la monitorización de la calidad del aire interior puede contribuir significativamente en la eficiencia energética y rentabilidad de una empresa. Al detectar problemas de ventilación y ajustar la ventilación y climatización según las necesidades reales del edificio, se evita el desperdicio de energía, al mismo tiempo que fomentamos la salud y el confort de las personas que trabajan o pasan tiempo en el edificio. De esta manera podemos lograr espacios interiores más sanos, cómodos y eficientes, con un impacto positivo en las personas, los negocios y el planeta.