Con el regreso presencial a las oficinas, la salud y la seguridad en el lugar de trabajo han pasado a ser una prioridad para empresas y personas trabajadoras.
La calidad del aire interior es un tema vinculado directamente con la salud del personal. Por ello, ahora más que nunca preocupa que se tomen medidas suficientes para la prevención de la Covid-19, así como de otras enfermedades relacionadas con la concentración de partículas contaminantes en ambientes interiores.
Sin embargo, la mejora de la calidad del aire en entornos laborales no debería llevarse a cabo como una medida puntual o excepcional, se trata de una estrategia duradera que nos seguirá aportando beneficios mucho después de que termine la pandemia:
En lugares de trabajo tales como oficinas, suelen convivir muchas personas en espacios reducidos y muchas veces sin una ventilación controlada. Este hecho hace que los niveles de CO₂ aumenten llegando a alcanzar niveles inadecuados, lo que puede afectar a la productividad de la plantilla.
Así lo han demostrado diversos estudios que relacionan las altas concentraciones CO₂ y de PM2,5, habituales en los ambientes interiores, con una menor precisión cognitiva, como la reciente investigación dirigida por la T.H. Chan School of Public Health de la Universidad de Harvard.
La exposición continuada a estos contaminantes tiene un importante impacto en la capacidad de toma de decisiones del personal, incluyendo el tiempo de respuesta y la capacidad de concentración e innovación.
Las personas trabajadoras pasamos de media un 30% de nuestro tiempo en oficinas, donde es frecuente encontrar fuentes de contaminación del aire interior, como emisiones de equipos de oficina, muebles nuevos, productos de limpieza, materiales de construcción y, en muchos casos, una ventilación deficiente.
Esta larga exposición puede provocar problemas de salud, así lo constata la OMS cuando hace referencia al Síndrome del Edificio Enfermo, un conjunto de síntomas tales como sequedad e irritación de las vías respiratorias, ojos y piel , dolor de cabeza, fatiga mental y resfriados persistentes.
Por otro lado, se ha demostrado la relación directa que existe entre la mala calidad del aire y el contagio de virus como la Covid-19 y otras enfermedades respiratorias, lo que hace que sea muy importante mantener correctamente ventilados los espacios de trabajo para garantizar la salud de la plantilla.
Asegurar una adecuada calidad del aire en las oficinas ayudará a mitigar el efecto de estas enfermedades, reduciendo el absentismo laboral y favoreciendo el bienestar y confort del personal.
En una encuesta reciente, el 82% de participantes informaron de que sentirían más seguridad en la oficina si recibieran datos de calidad de aire oportunos y transparentes. La adopción de medidas y, sobre todo, la muestra de los resultados, ayudará a aumentar la confianza y motivación de la plantilla.
Conseguir que las personas se sientan protegidas y cuidadas por su empresa hará que permanezcan durante más tiempo en el puesto de trabajo, en lugar de buscar otras oportunidades. Del mismo modo, estas políticas también pueden ayudar a atraer nuevos talentos.
La crisis provocada por la pandemia de Covid-19 ha puesto más que nunca el foco sobre las prácticas de responsabilidad social y corporativa de todo tipo de empresas, siendo la seguridad y salud laboral el tema que más atención pública genera. Gran parte de esa atención se centra en la calidad del aire interior, como podemos comprobar en el estudio realizado por la asociación DIRSE sobre las nuevas prioridades para la RSC.
Así pues, garantizar una adecuada calidad del aire interior es un elemento distintivo de las instituciones que se preocupan por el bienestar de su clientela. Por ello, muchas empresas están apostando por implementar protocolos de control y mejora de la calidad del aire en sus oficinas como estrategia de alta responsabilidad corporativa.
Compartir los datos de la calidad del aire del espacio en tiempo real hará que la clientela y las personas trabajadoras se sientan seguras, aumentando su confianza y satisfacción con la empresa.
En inBiot contamos con diferentes soluciones para visualizar y mostrar la calidad del aire, de manera que las empresas puedan mostrar públicamente sus esfuerzos por garantizar un ambiente saludable.
La monitorización de la calidad del aire interior permite reducir los costes de funcionamiento de un edificio, optimizando la ventilación, calefacción y refrigeración según las necesidades reales.
En un post anterior hablamos de la ventilación controlada por demanda, y cómo la integración de monitores de calidad del aire permite regular la ventilación de manera automática en función de la ocupación o condiciones ambientales del espacio, aportando importantes ahorros de energía y costes.
En el caso de oficinas con ventilación natural, medir la calidad del aire permitirá saber cuándo es necesario abrir ventanas y cuándo no, con el consiguiente ahorro energético en climatización al evitar cambios de temperatura innecesarios.
La gestión de la calidad del aire interior comienza con la monitorización: conocer el estado de la calidad del aire permitirá tomar las medidas adecuadas para crear un entorno de oficina saludable para el personal.
Nuestros dispositivos MICA miden de manera continua y fiable los principales parámetros que condicionan la calidad del aire interior. Desde nuestra plataforma en la nube My inBiot se puede consultar, analizar y compartir los datos en tiempo real, de forma sencilla e intuitiva y con recomendaciones de mejora para fomentar la salud y bienestar.
Si te interesa gestionar y mejorar la calidad de aire en tu oficina, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Nuestro equipo estará encantado de darte soporte.
Consulta nuestros consejos y recomendaciones en nuestro post sobre cómo cuidar la calidad del aire en oficinas.